lunes, 12 de marzo de 2018

Manos Gigantes - Capítulo 1


"Goummer es la tierra en la que transcurren estas historias. Por si algún día las catástrofes azotan estas bellísimas tierras, les cuento que Goummer es una tierra variada y fantástica. Con el tiempo, la magia ha modificado árboles, lagos, montañas y cascadas. Los seres se han dispersado. Los reinos se han consolidado y han intentado mantener una paz duradera y próspera para todos. Pero esas cosas no duran mucho. Goummer ha tenido exceso de presos en sus cárceles, enemigos esperando el momento adecuado y hechiceros oscuros esperando a tomar el poder. La tierra es bella, pero como en un jardín a veces las malas hierbas comienzan a crecer sin que el jardinero se de cuenta y es importante tomar acciones antes que sea demasiado tarde.

Recuerden Goummer. Es una tierra vasta e infinita, con muchas islas, reinos, comunidades y aventuras.
Quizás esta sea la época de mayor aventuras, pues en la danza del bien contra el mal es cuando los bardos creamos las mejores de las canciones"

- Lirdien Tomm, Bardo amante de Goummer y sus lagos -

CAPITULO 1: "El mal siempre avanzará mientras el bien lo permita"

LIBERACION

El ejército de Luster reclutó a Manos Gigantes hace centurias. A base de latigazos, lanzas y cadenas, habían logrado tenerlo prisionero y hacerlo pelear por ellos.
Uno de los últimos de su raza, Manos Gigantes era un Amil adolescente.


Los Amil, eran como osos, temperamento un poco más amigable, pero mucho más grandes y de temibles garras gigantescas. Eran animales sociales, por ello, Manos Gigantes era muy triste. Muy pocos le hablaban como a una mascota y el resto, solo lo trataban como a un elemento de guerra más, como una catapulta u oxidada trebuchet para asediar castillos.

Su brutalidad lo hizo famoso, aunque no de la mejor manera, por ende, los arqueros del ejército enemigo, habían enfocado gran parte de sus flechas en él.
El dolor no era mucho, su carne estaba lejos del exterior, mayoritariamente cubierto de pelaje espeso, grasa y una dura, muy dura capa de piel.

Pero por primera vez sucedió algo que lo cambió todo. Su ejército fue derrotado con muy poca diferencia por el ejército enemigo, quien luego de la victoria, siendo esta tan acotada, decidieron dejar al monstruoso Manos Gigantes y retirarse por miedo a que este solo, les arrebatara su victoria. Debían apresurarse y tomar el castillo de Paltra, por el que estaban combatiendo para terminar de tomar la tierra del Duque de dicha región.

Rodeado de cuerpos agonizantes, cadáveres, cuervos y restos de carruajes destrozados, Manos Gigantes arrastró sus cadenas muy muy lejos, dejando atrás el apocalíptico campo de batalla y subiendo montaña arriba. Tenía un rostro amigable, salpicado de sangre y tristeza.

Se sentó entre algunas rocas de las cuales emergían temblorosos algunos árboles de espesa copa y allí lamió sus heridas. Con el caer de la noche, fue acostándose sobre su lado derecho, partiendo con su peso las flechas clavadas de ese lado y de a poco logrando dormir. Su pesado pelaje hacía que apenas sintiera el frío que tenía una suave nevada.


IDENTIDAD


Rugidos de lobos enfurecidos precipitados por la acción, maleza rompiéndose, aún el sol no asomaba del todo, pero los caninos en manada parecía que habían encontrado una presa. Confundiéndolo con un sueño, Manos Gigantes intentó ignorarlo, pero no, los lobos realmente habían encontrado alimento. Él no quería enemistarse con los lobos, los Amil se caracterizaban por no tener depredadores naturales, pero aun así los lobos podían suponer una gran molestia, además de una hostilidad que él no quería sentir de nuevo tan pronto.
Frente a Manos Gigantes agitado y herido, un hombre de mediana altura (diminuto en comparación al Amil) pasó corriendo con dificultad. Tropezaba con su pierna mordida, con la montaña rocosa y con la traicionera hierba. Los lobos habían salido del bosque que estaba más abajo, para terminar su cacería. Lo tenían.

Manos Gigantes se apiadó del hombre, estaba acostumbrado a proteger a los hombres, aunque no era un instinto natural, sino algo adoptado, ver sufrir a ese campesino indefenso (sabía reconocer la diferencia, luego de tantos años entre ellos) lo hizo querer protegerlo. Dio un paso cruzándose entre los canes y el hombre y rugió frente a la manada que llegaba apresurada. Alzó sus dos manos (tan gigantescas que tapaban el escaso sol de la mañana) y con sólo eso, los lobos frenaron su organizada marcha. Trataron de rodearlo, pero el macho alfa prefirió abortar la misión, enfrentarse a un Amil adulto era probablemente la peor de las ideas para cualquier criatura sobre la región.

Aún con la pierna sangrando, el campesino de tez oscura y delgado como un rastrillo, cayó sentado y con las manos apoyadas detrás, rendido. También se aterró del rugiente gigante. No era común ver algo así, no al menos para él. Ya sin fuerzas para correr pensó: "¿Será que ahora me reclama este gigante como su comida?" Pero las chances no eran muchas, se hacía imposible seguir corriendo en un terreno tan complicado y más aún con un talón brotando sangre. Temblaba de frío, estaba débil, se intentó arrastrar, pero el gigante lo iba persiguiendo con paso lento, pero suficiente para estar a la par de él.

"¿No eres tú Manos Gigantes? ¡Eres famoso! ¡Eres el arma más terrible del ejército de Luster! Yo no soy un soldado, ¡No me hagas nada!" -y con sus manos, ya acostado en el piso tapaba su rostro como si al no poder verlo a los ojos, el dolor de ser devorado fuera a ser menor-

El Amil lo observó durante mucho tiempo, cuando le hablaban intentaba comprender las intenciones y claramente las intenciones del hombre eran solo de sobrevivir. El campesino era miedo puro. Pero Manos Gigantes no quería ver más sangre, no quería matar más.

Tomó al delgado campesino por la cintura (que gritó y pataleó pensando que iba a ser devorado) y lo llevó como si fuera una piedra en su mano, caminando montaña abajo. El paso era lento, pero el calor de la mano peluda del gigante dio calor al campesino, que se entregó al paseo y poco a poco, quizás por la pérdida de sangre o la confianza, se durmió.

Cuando llegaron al pie de la montaña, comenzó a brillar levemente el sol de la mañana con más fuerza y en lo lejano se vislumbró un pueblo. Manos Gigantes siguió su camino con el pobre hombre colgando de su mano y cuando comenzó a acercarse al pueblo, la gente corrió, gritó, cerró puertas y se escondió. Solo dejó al hombre en medio del pueblo, dio media vuelta y volvió caminando hacia la montaña. Él sabía lo que generaba en los hombres, en los pequeños y débiles hombres. Por ello se alejó sin mirar atrás.

En el pueblo, Ree, el campesino, fue curado de sus heridas y en poco menos de una semana, caminaba como cualquier otro. Ese no era su pueblo, por lo que prometió volver con algunos vegetales de su huerta y pagar por la ayuda. Los locales le llovieron a preguntas respecto al gigante, pero él contó la situación tal cual y el rumor se esparció de ese pueblo a otros: "Manos gigantes está suelto y ahora ayuda a la gente"

Eso le jugó a favor y le jugó en contra. Pero al menos el gigante peludo ya sabía que no quería lastimar más a nadie, quería naturaleza y paz, lo que quieren los Amiles en general. Quizás, encontrar a otro como él. Pero eso era una búsqueda para otro momento.


...........
Próximamente: Capítuo 2 - "Festejos" 

jueves, 25 de octubre de 2012

Mascotas

Sucedió un día sin aviso previo.

Bueno, en realidad, llegó el aviso por cadena nacional y luego en comunicados de los más altos poderes del mundo, pero ya era tarde. Gobiernos de grandes porciones del planeta, de los países que controlaban a todos los demás de una forma o de otra... Un inesperado evento había cambiado el curso de la historia, por completo. 

No sólo de un país o de un continente, no sólo de un sector social o de un grupo. Había cambiado la vida de todos en la tierra, ya que ELLOS no dieron aviso, no discriminaron por clase, por posición, por poder, ni por cantidad de dinero, ELLOS poco sabían sobre eso y poco les interesaba aprenderlo.

Llegaron en naves tan grandes y tan adelantadas tecnológicamente, que para cuando radares, satélites y sondas los detectaron, sólo se pudo disparar débilmente contra ellos, como un pequeño roedor salvaje mordiendo la mano del niño que finalmente lo meterá en su pecera para que "corra en la rueda".


Eso nos pasó. Éramos miles de millones de personas y terminamos siendo miles de millones de mascotas. El mundo entero cambió. Nos daba vergüenza mirarnos por todo el engaño que ello implicaba, nuestros planes, nuestras luchas, nuestras estructuras, instituciones, objetivos de vida, nuestra dignidad, nuestra "humanidad"... pero bueno, como dicen, "así fue la baraja..." 

Yo terminé siendo casi como un roedor para ELLOS. ¿Que quiénes son ellos? Los gigantes, claro. Lo que pasa es que les decimos "ELLOS" porque jamás hablaron con nosotros, ni se presentaron. Algunos les dicen los invasores, otros los gigantes, pero la mayoría les dice "ellos". 

No se por qué, imagino que la poca comunicación que tienen con nosotros hace que les tengamos una distancia mayor a cualquier otra. 

Pasó que un día estos gigantes (miden como varios de nuestros edificios juntos y son igual de pesados) llegaron a la tierra, en naves como las que tenemos nosotros, pero tan grandes y potentes como para transportarlos a ellos, al aterrizar, arrasaron ciudades completas. 

Llegaron, los gobiernos y poderes mundiales hicieron lo que pudieron para detenerlos, pero si cada uno de ellos es como varios edificios, imagínense lo que son sus armas... y sus temperamentos. 


 

Así, tal cual como alguien que llega a una tienda de mascotas, fueron eligieron territorios (medio país para una familia, otro medio país para otra...) y nos fueron ubicando, sin preguntarnos nada, sin importarles nada, pasando por encima de familias, casas, hospitales, escuelas, ni se daban cuenta, ni las consideraban, como un niño en una tarde de domingo destruyendo nidos de hormiga o pasando por encima de caracoles... quizás algún "crack" de un tanque de guerra, pero nada más, por lo demás, se miraban y hablaban entre ellos mientras desesperados intentábamos sacar de debajo de su pie, a cualquiera que hubiera sobrevivido a su pisoteada. "Ellos", como si nada, charlando en su idioma absolutamente incomprensible sin siquiera mirar hacia abajo. 


Cada vez que daban un paso, todos temblábamos. El estruendo de cada paso arrasaba con todo lo que podíamos intentar construir o formar. 

Se hicieron resistencias, aparecieron gurús, líderes, revoluciones y ejércitos enteros, pero... no se pudo ni herir a uno... luego de la represalia, se hacía un silencio a nivel mundial.

Se intentó de todo, mensajes con aeroplanos, helicópteros, regalos, comunicación con altavoces, misiles potentes como nunca se habían lanzad, pero terminaba siendo más daño para nosotros.

Como dije antes, a mí me agarraron de mascota, como a muchos otros. Se dieron cuenta que tenemos muchas habilidades técnicas, pero no les interesa la complejidad (ellos tienen algo de la suya, aunque se comporten como cavernícolas, al fin y al cabo su ciencia los trajo a la tierra), sólo les interesan las habilidades artísticas o ciertas cosas que les dan risa. Eso sí, sus carcajadas son extrañas y aturden, así que siempre usamos algodón en los oídos. 

Bailo, me subo a las escaleras que me ponen que no van a ningún lado, doy vueltas, me disfrazo, aprendemos trucos, acrobacias, hacemos simulaciones de peleas con otros humanos... todo para que nos miren como entretenimiento y duremos algún tiempo más. 

Aunque solo quedan unos pocos canales de televisión funcionando, mejor que no te vean mirándola, como no entienden bien qué es, suelen intentar agarrarla con unas pinzas que destruyen todo a tu alrededor y muchas veces al mismo televisor y a quien lo esté mirando. Usamos la televisión más que nada para coordinar movimientos entre humanos escondidos o refugiados a nivel local o mundial y otros canales para entretener, nos mantiene con algo de cordura o nos ayudan a pasar el rato.

El sistema económico prácticamente ya no funciona, cada uno hace lo que puede por obtener lo que necesita para sobrevivir, por eso me dediqué a llamarles la atención y entretenerlos, es la única cosa que ellos valoran, aunque si se aburren o se van, no tienen problema en aplastarnos, pero por ahora ya llevo varios años con esta vida. A veces llegan nuevos refugiados que saben de mi posición y se juntan para entretener. Las acrobacias se pusieron muy de moda, ya que los gigantes apenas caminan y al vernos les parece interesante.

No nos respetan, ni nos aplauden, ni se ríen como nosotros, así que no sabemos si estamos haciendo bien o mal, hasta que se marchan. Si no se marchan, te aplastan y bueno, ya no hay que preocuparse por el baile.


Somos tan pequeños para ellos que muchos usan un tipo de lente que les permite vernos bien. Si ponen el lente sobre uno, tiene que hacer todo lo que pueda por entretener tanto tiempo como pueda. El "entrenamiento" en esta época es un tema de supervivencia. 

Así que bueno, esa es nuestra vida. Si es que puede llamársela así. No tenemos muchas esperanzas, ni expectativas, lo cual nos deja en un vacío equilibrio. Esperamos que para ellos, la tierra sea como una isla de vacaciones y que un día, así como llegaron, se vayan.

Nada funciona como antes, ni lo bueno, ni lo malo... lo que considerábamos crisis mundiales se han re-definido por completo, si han surgido religiones en torno a ellos, sectas, pero nadie puede explicar absolutamente NADA sobre ellos. 

Algunos tuvieron suerte y hace años que están en ubicaciones que los gigantes ni pasan ni miran, pero de un día para el otro, si ven mucho rejunte, van y pisotean la región, así que mejor entretener que morir. 

Si sólo se comunicaran de alguna manera con nosotros... la única comunicación que tuve fue como una tirada de correa en mi cuello, sucedió cuando uno de ellos golpeó el vidrio de la "pecera gigante" en la que estoy, dándome a entender que me moviera, que lo entretuviera. Por suerte me moví y no me aplastó como hizo con otros cientos ya. Quizás pueda vivir unas semanas más.

En esa pecera muchas veces me observan llevar mi vida "normal", desde comer, ir al baño y dormir hasta cuando hago mis ejercicios. Pero en cualquier momento se les puede ocurrir golpear el vidrio blindado en el cual estoy, generando un sonido tan fuerte que aunque esté durmiendo me voy a levantar, haciendo payasadas para que me dejen vivir, un día más. 

Ninguno en esta tierra pensó que terminaría así, no se preocupan en alimentarnos, saben que comemos, pero nos les importa (más que como experimento) acercarnos ningún alimento. 

Una vez me sacaron de la pecera, querían que caminara. Pero lo hicieron con tal desconsideración que me rompieron una pierna y apenas pude caminar, llorando del dolor. Pero tal parece que mi errático paso al son de mi llanto, les pareció divertido. Me juntaron con una de sus grotescas uñas y me tiraron de nuevo adentro. Fue horrible, caer a mi cama desde 20 metros (que para ellos son milímetros) con una fractura. Pero sobreviví y me lanzaron unos 30 kilos de calabazas, como "premio"... la cual se pudrió y tuve que llevar a otro sector de mi genial mansión-pecera. 

Si sólo dieran a entender algún cariño o consideración para con nosotros. Que duro es ser mascota así. De un ser gigante que no demuestra sus emociones. 





¿Creerán que no los vamos a comprender? ¿No les importará comunicarse? ¿Creerán que no merecemos atención? ¿Que no la necesitamos? Al final, creo que termina siendo lo único que realmente necesitamos en una situación tan extrema, un poco de consideración. 

Quisiera que me adoptara uno que me demostrara afecto... 

¿¡Pero qué estoy diciendo!?

martes, 12 de julio de 2011

Volaremos


Algún día volaremos.
Es cierto que alguna vez tendremos alas, volar, será cuestión de aprender, de esfuerzo.

El que me diga que es imposible, que se enfrente a los ineludibles hechos, cuando nos cuelguen esas alas pesadas, de pesada musculatura, será como nos sucedió cuando
bebés. Piernas torpes, usándolas de rodillas, palmas al piso, nuestro cuerpo, sin poder sujetar bien la cabeza hoy la domina con elegancia.

De ser así, ¿Por qué no nuestras futuras alas? Pasó con el
pulgar invertido, que heredamos, apareció para ayudarnos a sobrevivir, ¿Por qué no un par de alas? Si la meta mas alta, la de ser libres, no tiene ni límites ni formas definidas, ¿Las tendrá acaso nuestro yo futuro?

Quien me diga que hablo sin fundamentos, que sepa que estos sobran en la naturaleza y en la historia.
Artistas soñaron y proyectaron ideas, que hoy son realidades y si ninguna de esas realidades fueran reales, tengo la mía propia.
Como un científico infalible hoy hay algo que me prueba que la libertad que buscamos en las palabras, en la mente y en lo abstracto tiene su nacimiento, su hogar, su punto de partida, su lugar, su expresión, allí tan cerca, en el cuerpo.

Mis piernas eran pesadas, toscas, carecían de movilidad, carecían de fuerza, carecían de velocidad, no poseían un control digno que me permitiera volar al nivel que un atleta.

Pero empecé a aprender Kung Fu. Ese Kung Fu que estoy conociendo, hace que la libertad baile en mis venas, en mi dolor, en mi sudor, en los giros y en cada salto e impacto se desata esa libertad, como el aleteo de un torpe pichón, de una joven ave, que torpe sacude sus pocas plumas para algún día reinar el cielo.

Están allí adelante, esperándonos.
Cuando practico Kung Fu...
...las alas de la humanidad no se ven tan lejos.

sábado, 8 de enero de 2011

Reducto ad Absordum

La gente subía al tren, sin fijarse en el hombre que ocupaba aquel asiento contra la ventana, la pared pasando furiosamente a su costado.

Llevaba un pequeño trozo papel, que espiaba de vez en cuando. Observaba por la ventana unos segundos, para luego regresar al papel, un poco arrugado y manoseado.


-Si yo lograra de alguna manera, viajar al pasado, y asesinara a mi abuelo-, leía para sus adentros, -entonces yo no existiría-.


Miró por la ventana, asegurándose de haber entendido el concepto.

Una vez incorporada la idea, volvió a introducirse en el papelillo.


-Entonces, si yo no existiera, no podría haber viajado al pasado en primer lugar-.


Volvió a mirar por la ventana y a considerar lo que acababa de leer para sí. Cuando estuvo seguro de que había entendido, se sumergió nuevamente en el papel.


-Entonces, si no hubiera podido viajar al pasado, tampoco podría haber asesinado a mi abuelo-


Repitió el proceso de mirar por la ventana mientras su ambiciosa mente trataba con el complejo problema y repasaba mentalmente las posibilidades.

Ésta vez, sin embargo, no regresó al trozo de papel con esas pocas palabras, sino que se quedó pensando, torciendo y retorciendo. Su cerebro estaba funcionando a toda su capacidad, como un contorsionista llevando su cuerpo al extremo, su mente se retorcía buscando con cautela su elasticidad máxima, utilizando siempre el mismo tipo de razonamiento, y siempre llegando a la conclusión errónea de que él no debería existir.

La paradoja tenía sentido, en otras palabras, el viaje al pasado debería ser imposible culpa de algún mecanismo que evitara que no se dieran las condiciones para ese tipo de contradicción.


La gente seguía subiendo al tren, sin fijarse en el hombre que ocupaba aquel asiento contra la ventana, como si de alguna manera, él ya no existiera o estuviera sintonizado con un universo que lo aislaba del común ir y venir del resto.



A menos, razonó el hombre, que el razonamiento que él estaba utilizando estuviera, de alguna manera, equivocado. Después de todo: ¿Quién era él, un simple hombre, para discutir las leyes intrínsecas de la naturaleza?

Por lo tanto, lo más probable era que él se tuviera que adaptar al universo, de modo que trató de vislumbrar como un hecho, la falacia en su razonamiento.

Para hacer eso necesitaba considerarla nuevamente, tratando de fluir con el universo, ser más que un contorsionista, como un bailarín, conectado con la música que caprichosamente tocaba el infinito universo.

Si en algún momento del futuro, él encontrara la forma de viajar en el tiempo, y regresara al momento en que su abuelo era todavía pequeño, y lo matara… pero eso jamás podría pasar, porque entonces su abuelo no habría conocido a su abuela, su padre no podría haber nacido y él tampoco.

Es como decir que para no llegar tarde a tomar el tren que salía a las 8am él hubiera decidido no tener un trabajo que lo hiciera tomar el tren de las 8am… jamás hubiera sido consciente del problema, por ende, jamás hubiera pensado en no tomar ese tren. No había un posible o imposible, tan sólo un “así es”. Que lo perturbaba sobremanera.

La gente seguía subiendo al tren, sin fijarse en el hombre que ocupaba aquel asiento contra la ventana. Él los miraba como a animales de un lúgubre y apagado zoológico, porque él mismo se veía así, títere en las manos del tiempo y espacio, letra escrita en las manos de un totalitario dios.

No, no lo estaba haciendo correctamente.

La paradoja tenía que tener sentido. No podía ser que la naturaleza permitiera cosas así.

Respiró profundamente para calmarse y lo intentó nuevamente.

Si su futuro yo viajara al pasado, y asesinara al infante de su abuelo, entonces su abuelo no podría haber conocido a su abuela. Hasta ahí no había ningún problema.

Si sus abuelos no se hubieran conocido, su padre no habría nacido, y tampoco él.

Obviando la naturaleza contradictoria de dicha conclusión, el hombre procedió metódica y lentamente, considerando que ahora no importaban las lógicas implicancias, porque era justamente esa lógica la que estaba dando lugar al fallo.

La gente seguía subiendo al tren, sin fijarse en el hombre que ocupaba aquel asiento contra la ventana. La pared moviéndose a gran velocidad, como un televisor con un solo y depresivo canal de arte abstracto, mostrándose hasta llegar a la siguiente iluminada estación.

Fría como un quirófano sin uso, pero con mucha luz.

Ahora todo tenía sentido.

Entonces, en teoría, su futuro yo podría viajar al pasado y asesinar a su abuelo. Pero él estaba vivo, lo que quería decir que eso no pasaría en el futuro, que ese pensamiento, ese hecho, esa posibilidad, NO sucedería, ni en el pasado, ni en el presente, ni en el futuro, por el mero hecho de su presencia allí, por el mero hecho de estar vivo.

Pero, estando vivo, podría perfectamente efectuar dicho viaje.

... y, nuevamente, estando vivo podría cometer el homicidio.

Finalmente entendió todo. No había paradoja, no había contradicción: el universo ya había resuelto todo por él, y él había tenido que adaptarse a las leyes mayores, como un súbdito arrodillándose a los pies del rey de las verdades.

La gente seguía subiendo al tren, sin fijarse en aquel asiento vacío junto a la ventana.. Vacío, excepto por ese papelito depositado en el asiento... con el título de "La Paradoja del Abuelo"...


y el tren continuó su viaje...





Autores:
Kwisatz Haderach & El Joven Aguador

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lunes, 15 de noviembre de 2010

Caída libre

Mientras la velocidad sacudía vibrante su ajustado saco de Armani, con grisáceos matices nublados por la oscuridad del túnel por el que caía, se preguntaba quién habría sido que lo había arrojado.
Parecía un lugar húmedo, olvidado, infinitamente profundo, como un aljibe que llevaba directamente al centro de la tierra.



El pánico de los primeros metros estaba secándose aceleradamente por la caída, que se llevaba todo lo demás, junto a su transpiración, su maletín se soltó primero, luego sus zapatos, finalmente el saco también se soltó y él continuó en caída libre.

No veía un final entre tanta oscuridad, pero sí había dejado de ver el inicio de la boca del abismo por la que había caído.

La adrenalina de su precipitación hacia la muerte, hacia lo desconocido, incremento el ritmo de su corazon, que latía como la doble pedalera de un experto baterista.


Cuando la caida se extendió más allá de lo que su vida resistió, las tinieblas lo absorbieron por completo. Dejó de ser, se fundió con el silencio y el olvido.

Pero la caida continuó. Sus ojos se abrieron, como si despertara de un eterno sueño.
No pudo evitar continuar.

Ahora el que caía era otro, pues él yacía muerto allí, en algún lado entre su maletín, su reloj y algún zapato flotando aún más atrás.

Quien caía comprendía lo que había sucedido con su otro yo. Quien había abierto sus ojos, veía otra oscuridad a su alrededor. Quizás, su otro yo nunca había abierto sus ojos.
Se quitó lo que le quedaba de ropa, adoptó una relajada postura de caída, inclusive algo cómplice de ella, buscó una posición que acelerara la misma. El viento chiflaba en sus oídos con agresividad, pero no lo lastimaba, sólo lo mantenía ebrio entre excitación y la más absoluta paz.

Era inevitable. De pronto el impulso que era su caída se convirtió en imparable potencia de despegue... y salió por el otro extremo, como una bala de cañón, como una estrella fugaz, sus ropas, maletín y pertenencias quedaron por ahí en algún lado. Él salió rodeado de un aura nueva, desnudo por completo, vulnerable y deleitándose de sentir el aire puro, los rayos de sol, el viento y el polvo que se metía por sus poros. Disfrutaba todo a una velocidad impensable, viajando a la velocidad de la luz, o más quizás. Luego la velocidad disminuyó, la inercia se perdía... ahora era como si viajase de cara al mundo en la parte delantera del tren más rápido que pudiera existir, llevándose el mundo entero por delante, amándolo, sin dañarlo.

Cuando volvió al camino, pisando suavemente la tierra, sintiendo toda esa energía que lo había impulsado a salir, latiendo dentro suyo con fuerza. Recordó aquello que se había preguntado al comienzo de la caída. ¿Quién lo había lanzado a ese pozo oscuro y deprimente?

Le inundaron ganas de reír, que ahogó con una amplia sonrisa: Nadie lo había lanzado allí.
Había ido él, su ÉL actual, atrapado y asfixiado. Tuvo que obligarlo.
Tuvo que conspirar, para una caída sin mirada atrás.
Para una caída libre.

Ahora entendía el término "caída libre".
y mierda que era libre...


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martes, 22 de junio de 2010

Había un hombre

Había un hombre que quería dejar de ser hombre.
Pero al haber intentado dejar de serlo, se había convertido en un hombre que intentaba dejar de ser hombre. Con lo cual era más que un hombre y no menos como había deseado.
Intentó entonces dejar de intentar ser hombre, pero se convirtió sin saberlo en el hombre que intentó dejar de intentar no ser hombre, pero percatándose que eso lo convertía en un hombre muy confundido que intentaba no ser un intentador de hombre que quiere dejar de ser hombre, prefirió consultar a una bruja.
La bruja le contó, al llegar a su putrefacta guarida, que el asunto de intentar dejar de ser un intentador de hombre que intenta dejar de ser hombre, que se había convertido en todo aquello y además un hombre que al intentar todo lo descrito era también un consultante de brujas.

Ese irónico mensaje de la bruja que se divertía mucho, generó un repentino llanto por parte del... eehmmm... protagonista de esta historia. El cual gritó: "Ahora soy un hombre que llora porque sabe que es un intentador y todo lo demás, además frustrado y consultante de brujas"

La bruja si bien podía seguir divirtiéndose toda la tarde, le propuso al acomplejado señor, varias soluciones, pero que ella misma al cabo de unos segundos se daba cuenta que eran de limitado resultado.

Cambiarse el nombre, hacerse pasar por mujer, dejar de hablar y hasta meditar (esto último lo convirtió en un meditador experto, pero seguía siendo un hombre que intentaba dejar de ser hombre, bla bla bla y encima experto en diferentes técnicas de la meditación, que sumaba a su desesperación todo el pensamiento que surgía al abrir los ojos terminando su meditación).

Ya agotado por tamaño esfuerzo, siendo un hombre que [bla bla bla] y además sólo dejaba de ser hombre cuando dormía, descubrió que al dormir dejaba de ser todo eso, pero que al despertar al igual que al término de su meditación, volvía a ser absolutamente todo, sumado al resultado de sus pensamientos o sentimientos al despertar.

La bruja había desarrollado tamaña tonicidad muscular en su abdomen de tanto reírse, que le costaba ponerse derecha, así que antes de no poder volverse a levantar, le dijo: "La solución está en la muerte"

Sí, algo dramática. Pero la pobre mujer luchaba por el bienestar de su espalda y desinteresada por él (o quizás demasiado interesada) díjole esas duras palabras.

Ante el miedo que le causó la idea de la muerte, el hombre que quería dejar de ser hombre y ahora era un hombre que intentaba dejar de ser, siendo un consultante de brujas, un desesperado, un dormilón, frustrado, experto en meditación y consciente de su constante frustración tomó una medida paralela al consejo de la anciana, volviéndola protagonista de su historia y quedándose él en segundo lugar.

Ahora esta es la historia de una bruja que dijo a un hombre: "La solución está en la muerte" y se convirtió en protagonista. Digno sacrificio por él.
Pero a ella le ha parecido bien ese papel, lo cual concluye la historia.

martes, 29 de diciembre de 2009

Casi dormido

Resplandeciente en la oscuridad de la habitación yacía estático un inmóvil televisor, de faz parpadeante, estrambótica, iluminando la silueta de un sillón cuya historia descansaba incómodamente en la humedad corporal del corpulento y somnoliento hombre, espectador agotado. En el abandono total de su persona, aún intentaba prestar algo de atención al dispositivo.

Observaba el noticiero, estaba semidormido, sus ojos latían con un vaivén que impedía que se durmiera o que se quedara despierto, ya bien, no sabía.

De miles de toneladas sus ojos era imposible que siguieran abiertos, pero algo más los mantuvo al borde de cerrarse y sus oídos seguían filtrando todo, sin perdonar.

En el noticiero hablaba una mujer, que por su acento parecía de Centroamérica, aunque difícil distinguir para alguien que estaba lindando los caminos de la consciencia y el sopor.

Ella decía con una voz llena de fuerza, de respeto y pasión "Él dice que vio una luz azul, una figura azul que lo tomó entre sus brazos mientras caía desde el octavo piso, un ángel señores... UN ÁNGEL y... y... lo agarró de sus piernitas y de su cabecita, lo depositó en uno de los balcones y se despidió de él"

Un reclinado hombre de apariencia profesional, con vestiduras propias de alguien que ha ido a lucir pulcritud y coherencia, habló con mirada soberbia a la mujer, intentando tomar la posición de quien trata con la locura de un enfermo.

"Sí, por supuesto que el chico en caída, lo único que ha podido ver es la figura celestial... que ha sido ropa colgada en un tendedero que lo ha envuelto, desviado y ayudado a caer en un balcón lindante a su línea de caída... es común con toldos, tender de ropa, etc."

Al momento, se metió en la discusión gente del público que vociferaba a favor de unos y otros, entablando un juicio a los inquisidores de la fe y de la razón.

"Un ángel guardián salvó a mi hijo" -exclamaba la madre, abrazando al chiquito con fuerza mientras una parte del público resoplaba disconforme y otro tanto aplaudía frenéticamente- "Señora, vea que mismo se vio ropa tirada por el lugar donde cayó y él se ha lastimado" -continuaba tratando de poner lógica contemporánea el trajeado hombre de lentes, ya no tan cómodamente reclinado-

"Fueron lastimaduras previas" -decían los que defendían la existencia de un ángel que nunca habían conocido- "Es obvio por el ángulo de caída que fue rebotando en las lonas y ropas colgadas"

Unos gritaban, las voces se superponían, el conductor del programa intentaba poner calma y sólo agitaba las aguas de un lado a otro, creando más turbulencia.

El televidente, en el silencio total de su sucia habitación, en su tibia humedad corporal impregnada en el sillón, segundos antes de dormirse ató dos ideas sin proponérselo y su mente intentó responderle al centenar de gente gritando: "El chico se cayó de un octavo piso... si fue un ángel, fue un milagro... si fue ropa colgada... fue un milagro..."

Se durmió finalmente. Pero claro, la gente en la televisión, seguía gritando...



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jueves, 10 de septiembre de 2009

La verdad en las piedras

"Tengo aquí cuatro piedras, maestro..." -dijo el calvo niño, envuelto en amarillenta túnica-

"¿Son cuatro porque puedes contarlas o acaso es que son realmente cuatro?"

"Son cuatro, mire maestro... una, dos... tres... y con esta son cuatro"

"Ah claro, pero como monje debes comenzar a ver la verdad completa de las cosas y no sólo su apariencia actual, es por eso que te contaré la verdad sobre las cuatro piedras...

La primera, es una combinación de la arena que alguna vez alguien transitó, con ciertos moluscos que en ella murieron, pegando por completo los granos arenosos y formándola, luego de muchos años. La segunda es un trozo de dos rocas, que se cementaron juntas y debido a la erosión quedaron uniformemente unidas... la tercer piedra está formada por minerales de la costa, que le dieron forma juntándose con restos animales y vegetales... en tan sólo esas rocas, hay historia, hay muerte, hay vida, hay energía en movimiento, aunque imperceptible para nosotros los seres de vibraciones tan obvias..."

"... pero maestro, no me has contado sobre la cuarta piedra..."

"Ehmmm... no mi aprendiz... no quieres saber"

El pelado niño miró extrañado, más extrañado por cómo el maestro evadía la respuesta, que por como sabía el origen de todas esas rocas, algo raro estaba pasando y el niño sintió con el corazón que quería saber, entonces, volvió a preguntar.

"Bien. Pero puede que no te guste lo que vas a escuchar. Pero como te dije, aprendemos a ver todo más allá de su forma actual, para poder comprenderlo, comprender los ciclos de la naturaleza, la vida y muerte de las cosas, de los pensamientos, de los seres y sus espíritus... conociendo esto, evitamos que nos consuma la ansiedad de la mente..."

"¿Qué pasa con la cuarta piedra maestro?"

"Te lo diré" -el viejo monje cerró los ojos y suspiró- "La cuarta piedra fue alguna vez un animal que cayó muerto, su descomposición en combinación con los minerales de la tierra, alimentaron una semilla, creciendo como una grama en las orillas. Al crecer se multiplicó y muchos de sus tramos fueron comidos por un asno que transportaba un pobre mercante nómada. Luego, el asno generó procesos en sus intestinos, que salieron por la parte de atrás de su cuerpo... levantó su cola y... bueno..."

"¿Y bueno? No entiendo maestro..."

"Bueno... y ahí está luego de un tiempo bajo el sol... ¡TU PIEDRA!" -dijo el maestro con una inmensa sonrisa-

El jovencito pelado, corrió con su mano arriba, a lavar la mano al río y comprendió, que nada es lo que evidencia ser...

martes, 2 de junio de 2009

Piensa por tí mismo. Cuestiona la autoridad.

Si... bien, este no es un cuento... ya lo sé... Oops!


Me preocupa mucho lo que vaya a pasar. Aunque me preocupa mucho intelectualmente, entre el miedo y el no se qué.

A pesar de todo, no puedo evitar dejar de tener una sensación que ya separé del autoconformismo y la evasión... un sentimiento de abstracta esperanza, por describirlo de alguna forma.

Pareciera que hubiera un plan muy cruel del "gran poder" internacional. Llámese Nuevo Orden Mundial o sea esta su máscara (aunque hay datos bastante concretos de su existencia y funcionamiento, manifestado por ellos mismos... lo cual me haría preguntarme ¿Para qué habrían de esconderse?)

Sea cual sea esta "cabeza del poder", me surjen muchas dudas. ¿Es realmente la cabeza del poder algo "activamente" maligno y que está en contra del resto de las personas por su propia supervivencia? Pero... ¿Por qué harían esto? ¿Qué sentido o motivación tendrían? Me parece simplista pensar que hay una cabeza maligna planeando la destrucción de la raza humana. Es propio de historietas, cuentos, fantasías, que sirven mucho para evadir lo que nos pasa por dentro, señalando siempre hacia afuera y evitando así observar nuestra propia inquietud interior, desoyendo el "ruido" que nos hace nuestro verdadero ser.

Claro que hay gente muy poderosa y muy malintencionada. Nadie lanza dos misiles nucleares a un país que ya se había rendido por "error" o "inocencia". Estados Unidos lo hizo con Hiroshima y Nagasaki. E hizo muchas cosas más, que quedarán impunes ante cualquier juicio... lo cual me lleva a la siguiente cuestión... ¿No será que es la GRAN MASA que no hace asbolutamente nada y que no le interesa nada de esto la verdadera razón de pensar que hay un "mal superior"?

DOS MISILES ATÓMICOS. A ver si se entiende... DOS-MISILES-ATÓMICOS a un país que YA se había rendido, destruyendo mayoritariamente SÓLO objetivos civiles. Me suena cruel como mínimo, no se a ustedes...
Revisando las guerras encabezadas por los Estados Unidos y el historial de muertos en su haber, me debería parecer igual de despreciable un militar nazi y un militar norteamericano, por lo que representan sus ejércitos y sus guerras en CANTIDAD de muertos y destrucción causada.

Si, los nazis lo hicieron todo de un tirón, pero Estados Unidos fue más "inteligente" y lo está haciendo de a poco. ¿Controlado por alguien detrás? ¿Una secta? ¿Nuevo Orden Mundial? Da igual, la cosa es que lo hacen y lo más preocupante es que a la gente parece no importarle.

Si, a veces es más fácil pensar que hay gente "maligna" contaminando el agua para volvernos débiles y menos pensantes... pero es un poco irreal... no sé, me suena mucho más convincente el pensar que los miedos que llevamos TODOS son en realidad la causa de que las cosas pasen como pasen, por ejemplo: una industria contamina aguas para economizar el proceso ecológico por el cual debería pasar todo desperdicio de fábrica. Ahí está la palabra clave: "economizar". O sea que el factor contaminante, es DINERO. El cual, todos queremos. Lo cual hace, que todos peleemos por él. Lo cual hace que se justifique cualquier cosa por obtenerlo, a gran escala como guerras entre países o ventas de tierras de aborígenes o explotación de selvas vitales para la supervivencia humana, la contaminación de todo el agua del planeta para luego consumirla, sentirnos mal y depender de laboratorios y fármacos... ¿Y todo para qué? Para seguir sintiéndonos saludables para seguir consiguiendo: DINERO, el cual luego hace que justifiquemos cualquier cosa para obtenerlo, como la contaminación de agua... y sigue... y sigue...

No necesitaríamos "hacer" nada per sé, pero sí necesitaríamos tragar saliva y cruzar la barrera de los miedos, para observar la realidad que hay, no tan sólo allí fuera, sino dentro nuestro. Micro-Cosmos / Macro-Cosmos. Fácil de decir... complicado de encarar.
¿Dónde está ese Nuevo Orden Mundial dentro nuestro? ¿No será una representación de mucho miedo? ¿No será un señuelo para distraer nuestra atención de lo que nos está pasando por dentro?

Pienso que hay un poder inmenso, cruel, nocivo y dañino que controla los medios, censurando televisión, radio, internet, personas, etc. Estoy seguro que los partidos políticos están conformados por mafias, narcotraficantes, corruptos de todo tipo, que responde a gente de más arriba que promete protegerlos si generan poder suficiente para dividir a la sociedad, que luego será nuevamente dividida por la televisión, el entretenimiento y la sobrecarga sensorial. Todo esto, nuevamente por nuestro maravilloso amigo: Dinero.

Lo más terrorífico es que el dinero es una creación humana y está CONTROLADO por humanos (si se les puede llamar así). Por ende, esto no es como un desastre natural, un meteorito colisionando contra la tierra ni nada parecido. Acá hay alguien controlándolo, que si CONTROLA eso, también controla el hambre en el mundo, las guerras, las drogas, TODO.
Esto no es que "es así" y listo. No es que "Siempre fue así". El dinero es una creación, casi diría algo "moderno", pero mejor dicho, es algo HUMANO. Ese mismo dinero que "falta" es una gran mentira, creada por algunos y mantenida para someternos eternamente.
Si es una creación humana, ¿Por qué no crearla para todos? Si son papeles con valor ¿Por qué no dárselos a todo el mundo? ¿Por qué no?

¿Es NECESARIO el dinero? ¿Es NECESARIO el hambre y las guerras?

Siempre que algún poderoso tenga que protegerse... si lo es. Para él, claro.

Pienso que hay grupos económicos que nos han puesto en un círculo VICIOSO, haciendo que persigamos nuestras colas, mordiéndonos los unos a los otros como ratas hambrientas, en un laberinto que ellos nos sugirieron hace tiempo atrás y que a nosotros nos pareció muy cómodo, del cual ahora es imposible salirnos. El dinero otra vez, claro, como algo que hace tiempo se comenzó a utilizar y que ahora, nos utiliza.

Esos son acuerdos. Son personas sentadas en cómodas sillas, decidiendo el destino de la humanidad... pero... ¿Por qué? ¿Les divierte? ¿Son de otro planeta? ¿No tienen miedos? ¿Han superado sus miedos? ¿Son simplemente "malignos"? ¿No será que SABEN que vamos a seguir su juego y simplemente comprendieron que la humanidad NECESITA de toda esta basura?

Me cuesta muchísimo aceptar que esto sea así... y que la humanidad BUSQUE activamente el engaño, la conformidad, la ignorancia... pero, lo vivo en carne propia y lo veo todos los días. No hay una "humanidad" a la cual liberar, porque esa misma "humanidad" no tiene voluntad de liberarse, no QUIERE que esas cosas cambien, sólo prefieren pagar un "pequeño precio" y seguir sus vidas, hasta que les toque a ellos ser "el precio" a pagar. Ahí obviamente, no les gustará.

Un pequeño precio, todos sabemos cuál es. Una muerte por aquí, un país asediado y destruido por allá, misiles atómicos, terrorismo ficticio para subyugar a toda la población, países en guerras financiadas por terceros, tortura y muerte de inocentes. Pero claro, eso es sólo un pequeño precio porque el resto de esta gigantesca masa de miles de millones puedan seguir teniendo las comodidades que tienen. Es un sistema, todo funciona porque una pequeña pieza hace que funcione la otra, si una se desencaja, se rompe y se para todo por un rato, pero luego sigue su camino. Es un "corte comercial y ya volvemos".
Claro, que cuando uno se ve afectado por este "pequeño precio" ya este no es tan pequeño, de hecho, se agiganta y puede cambiar toda una perspectiva, toda una vida. En la televisión, sigue siendo sólo una noticia más, que pasa a lo largo de unos días, como todas las demás, reemplazada por el ataque directo de cualquier noticiero diciéndole a la gente que se vote a tal o a cual porque así su bolsillo no se verá afectado, sin decirle todo lo que muere y es destruido por la conservación de su bolsillo "intacto".

Mataron a Lennon, mataron a Ghandi, mataron a Luther King, mataron al Che, asesinaron presidentes, arrasaron países enteros, esclavizaron continentes enteros, destruyeron civilizaciones. ¿Quienes? Nosotros. Bah, quienes dejamos que estén en el poder... aunque... si "no los dejamos" ¿Por qué pueden seguir haciendo lo que hacen? Si sabemos que esto pasó... ¿Por qué no hay repercusiones? Porque hay una masa gigantesca que NO QUIERE que haya repercusiones, porque las mismas implicarían cambios sociales, personales y de perspectiva... cambios tan grandes que creen que no los soportarían. No sé si serían soportables o no, lo ignoro por completo, pero si entiendo que es esta la causa instintiva de esta voluntaria ignorancia, del silencio, la quietud y de que todo siga como está.

Si la gran mayoría, gran gran mayoría, VIERA y COMPRENDIERA la realidad de estas cosas, no serían posibles ni serían necesarias inclusive para seguir viviendo.

También entiendo, que como pasa con el cuerpo o con la naturaleza, todo cambio es progresivo, cualquier intento de forzarlo, generaría más dolor y aún más miedo a cualquier otro cambio.

También puede ser que estamos muy convencidos que somos masa, sociedad y nos olvidamos que también somos individuos. Somos seres únicos e irrepetibles, cada uno de nosotros, eso es lo que le da el contrapeso al ser social, lo que le da el equilibrio. Es importante recordar eso...

El Nuevo Orden Mundial controla cada cosa que hacemos, porque es piramidal. El policía que apreta en la calle, responde a un comisario que responde a algún puntero político, que responde a algún político de más envergadura, que responde a algún empresario super poderoso, que responde a su sociedad, a sus socios y así, todo se amplía de arriba hacia abajo. Una orden desde arriba, se acrecenta, masifica y amplifica a niveles inconcebibles y por eso pasan las cosas que pasan y son indetenibles.

Mientras detenemos al policía corrupto o acusamos al puntero, hay miles más como ellos, todos respondiendo al mismo poderoso de siempre. Es absolutamente indetenible esto.
Ojo, no me malinterpreten, no soy pesimista, todo lo contrario.
Pero es indetenible NO porque sean gente "superior" o porque sean muy inteligentes, invencibles o porque no tengamos el poder suficiente, NO. Son indetenibles porque estamos peleando en su terreno, estamos metidos en el laberinto que ellos mismos hicieron, persiguiendo lo que ellos quieren que persigamos y bajo SUS reglas. OBVIAMENTE que así, no tenemos chance. Cualquier oposición no sería más que otro de sus medidos contrapesos, controlados en tiempo y forma.

Cualquiera que haya querido crear otro terreno donde vivir (algunos mencionados antes en esta entrada) fue ejecutado por esa misma razón. Si SU sistema hubiese tenido éxito, todos hubieran ido allí, porque es más coherente, más lleno de amor, realidad y unión. Pero al crecer ese sistema, podría haber puesto en peligro el de los otros o simplemente, quitarles poder.
Por eso, han sido ejecutados, no sólo ellos, sino miles y miles más, muchos de ellos, en silencio.

Ojo, no es lo mismo analizarlo desde la mentalidad de un campesino pobre en África (ignorante de lo que sucede más allá de la tierra que trabaja) que analizarlo desde la mente de un político ya metido en el baile, o de un joven de clase media decidiendo su vida o alguien quien toda su vida ha sufrido maltrato, de cualquier otro punto de vista. Todos son vitales para comprender en profundidad la situación. Siempre es fácil hablar y decir, pero cuando la vida lo ha llevado a uno por tal o cual camino, todo cambia.
Como me dijo respecto a esto un amigo, "somos resultado del tiempo y espacio que nos ha tocado"

Pero, aún con todo el sentimiento que genera pensar en un poder mundial que quiere unificar la moneda de todos los continentes para una moneda única, más allá de la frustración de programas de televisión que nos distraen de miles de hectáreas de selvas y bosques irremplazables siendo destruidos, más allá de pensar en esta crueldad del poder económico, manipulador, mentiroso, divisor de la humanidad, más allá de los miles de muertos por guerras manipuladas por "serpientes de traje gris y corbata", más allá de chicos muriendo por misiles cayendo sobre sus casas, sobre sus frágiles cuerpos... más allá del inmenso dolor de TODO lo que sucede a cada segundo, la injusticia mundial, la manipulación de la mayor parte de los medios, la mentira internacional... el mundo destruyéndose... más allá de todo eso, soy un asqueroso con mucha fé.

Dudo que todo esto no sea un gran plan, pero no en nuestra contra, sino como una motivación para encontrarnos, para ver la luz, para luchar, para aprender a vivir, a decidir.
Me gusta pensar que es un gran desafío. Que va más allá de quejarse y escribir cosas, que va más allá de pegar papeles en la calle, de gritar y de prender fuego algo, creo que nos desafía a COMPRENDER qué es realmente todo esto, qué tan profundo puede llegar nuestra mente, que al mismo tiempo que investiga hacia fuera, debería investigar también hacia dentro.

Creo que es un desafío de decisión. Decidir dentro de este sueño, que es lo real. Que haremos de este sueño, nuestra realidad.

Pero no sé. Mientras yo digo todo esto, pensando que es mi libre albedrío, bien puede ser una serie de autoengaños generados por la impotencia de no poder escapar de la mirada hacia mi interior y manipulado por estímulos externos que me desenfocan, confunden y generan caos, que claramente corrompe el poder de decisión.
Puede ser que sólo esté diciendo lo que el Nuevo Orden Mundial (o la verdadera identidad de este concepto) quiere que diga, lo cual me enfurece, indigna y al mismo tiempo me provoca una sonora carcajada, que delimita con la locura.

No tengo forma de saberlo, no por ahora.
Pero sí tengo una Fe inmensa en gente que conozco, que conocí y que leí sin conocer. Eso me mantiene en pie. No sé para qué, pero en pie.

"Piensa por tí mismo. Cuestiona la autoridad"
-Timothy Leary-

"¿Azar? Jamás creeré que Dios juega a los dados con el mundo"
-Albert Einstein-

http://www.youtube.com/watch?v=dUJWwmXW6sE


lunes, 20 de abril de 2009

Va a morir

Va a morir.
Va a morir y no hay nada que hacer.
Va a morir, lenta, fría y dolorosamente.
Va a morir, bajo nuestra atenta mirada, como un niño siendo ejecutado en la silla eléctrica, después de una injusta sentencia.

Estamos ahí, observándola, algunos con un nudo en la garganta, otros ignorándola activamente, pensando en otra cosa para escapar del rotundo hecho.

Fuimos sus jueces y ahora somos sus verdugos. Explícitamente el cielo nos contó la verdad. Claramente el sol nos mostró los errores en nuestra sentencia, la mentira que estábamos dando por coartada a la humanidad, para encerrarla, juzgarla, condenarla y asesinarla.

La vemos morir todos los días. Aunque ella nos muestre su belleza, aún infinita.
Oímos sus desgarradores gritos. Aunque ella intenta que los pájaros no dejen de cantar por la mañana, que el verde creciente nos conmueva, que respiremos puramente.
Vomita putrefacta indiferencia. Pero siempre está ahí para que todo dolor pase, para que pueda darse la dulce armonía.
Llora desesperada, porque se detenga la matanza, pero mientras le acariciamos la cabeza como a un callejero perro desposeído, con la otra mano ejecutamos a quemarropa todo indicio de su expresión.

La tierra está muriendo. Vaya noticia. Ya lo sabemos. Pero es más importante nuestro trabajo, nuestro entorno inmediato, nuestra satisfacción inmediata, nuestra mentirosa paz.

Asesinamos aborígenes, deforestamos a pasos agigantados, contaminamos aguas, aire y arrancamos cualquier posibilidad de vida de la tierra.
Pero sigue siendo más importante todo aquello que nos diga la caja parlante, la maravillosa televisión.

Va a morir y no le veo más remedio.
Va a morir, bajo nuestra atenta mirada.
Todos nosotros, con una sonrisa cómplice le susurraremos un dulce adiós, como si hubiésemos conspirado para asesinarla, por "su propio bien" y nos compadeciéramos de ella por su partida.

Qué importante será nuestro trabajo, nuestro entretenimiento, nuestras pertenencias, cuando no haya aire que respirar, agua que beber y tierra donde plantar.

Pero claro, para eso falta mucho. Todavía no duele y uno no puede parar su vida por completo por esta minucia de la tierra muriendo. Suena lógico, ¿No?
A mí no.
Me gustaría tener el coraje para atravesar el vidrio y parar su ejecución. Pero soy mucho peor que eso.
La veo morir, nos veo a todos conspirando contra ella, silenciosamente, de forma traicionera y tanto no me animo a atravesar el vidrio, que estallo por dentro, quebrando en llantos tapados por el velo de los rasgos musculares de mi rostro, la retención de las lágrimas de mis ojos.
Soy peor que eso. Me dan miedo todos los que estamos del otro lado del vidrio, me da miedo su pensamiento, su dictamen.
Las preguntas me detienen millones de años luz antes de que pueda lanzarme.

¿Pareceré un loco si me lanzo a salvarla?
¿Tendré que oponerme a todos?
¿Podré cambiar algo o sólo moriré junto a ella?
¿Se verán muy mal mis actos, estaré tan equivocado?

...y tantas otras...

Entonces me paro. Me siento. Levanto la voz. Me inquieto. Grito. Me callo. Camino. Salgo y vuelvo a entrar. Ahí sigue ella. La ejecución es lenta... lentísima. Pero arrebatadamente rápida en comparación con nuestros actos por detenerla.

Va a morir. De eso estoy seguro.
Va a morir, no haremos nada por salvarla.
Va a morir, siendo lentamente atravesada por nuestras cuchillas, hasta desangrarse.
Mientras al oído le decimos: "No te enojes, pero... tengo que sobrevivir"

Es sólo un planeta. Nada más, no sé por qué me parece tan importante.

Finalmente, me animo a contarle a alguno de los que miramos del otro lado del vidrio mi inquietud. Casi ofendido me responde que nadie lo hace con malicia, no hay intención de nadie de destruirla, pero que... "Bueno, así son las cosas".
Me sentí peor, inclusive, que si no se lo hubiera dicho. Hubiese preferido no escuchar su opinión, luego apoyada por decenas de personas, representando la opinión promedio. Hubiese preferido seguir en la ilusión de que aunque sea a la mayoría le preocupada el asunto.

Entonces, resbalo por la pared… cayendo sentado con las piernas flexionadas, me tapo la cara con los brazos cruzados apoyados sobre mis rodillas, pero aún dejo un ojo entre ellos, observándola fijamente.
Ella mira al vacío, pues no nos juzga, no nos odia. Nació amándonos y morirá amándonos. Jamás le importó quién bebiera de su seno, mientras se alimentara y creciera. Seremos nosotros los que la rechazaremos, eligiendo su muerte.
Nuestro hubris nos hará pensar que podemos prescindir de ella.
Pero ya aprenderemos.

Sentada allí, cierra sus ojos, espera la dulce sentencia y estamos ahí nosotros.
Con nuestros actos, se nos permite votar, votar si vive o no vive. Si se baja o no se baja la palanca que dará la descarga final.

Por ahora el miedo me mantiene con las piernas flexionadas y la cabeza tapada tras mis brazos, con un nudo en la garganta y las lágrimas ardiendo por dentro.

Va a morir.
Va a morir... bajo nuestra atenta mirada.



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