jueves, 25 de octubre de 2012

Mascotas

Sucedió un día sin aviso previo.

Bueno, en realidad, llegó el aviso por cadena nacional y luego en comunicados de los más altos poderes del mundo, pero ya era tarde. Gobiernos de grandes porciones del planeta, de los países que controlaban a todos los demás de una forma o de otra... Un inesperado evento había cambiado el curso de la historia, por completo. 

No sólo de un país o de un continente, no sólo de un sector social o de un grupo. Había cambiado la vida de todos en la tierra, ya que ELLOS no dieron aviso, no discriminaron por clase, por posición, por poder, ni por cantidad de dinero, ELLOS poco sabían sobre eso y poco les interesaba aprenderlo.

Llegaron en naves tan grandes y tan adelantadas tecnológicamente, que para cuando radares, satélites y sondas los detectaron, sólo se pudo disparar débilmente contra ellos, como un pequeño roedor salvaje mordiendo la mano del niño que finalmente lo meterá en su pecera para que "corra en la rueda".


Eso nos pasó. Éramos miles de millones de personas y terminamos siendo miles de millones de mascotas. El mundo entero cambió. Nos daba vergüenza mirarnos por todo el engaño que ello implicaba, nuestros planes, nuestras luchas, nuestras estructuras, instituciones, objetivos de vida, nuestra dignidad, nuestra "humanidad"... pero bueno, como dicen, "así fue la baraja..." 

Yo terminé siendo casi como un roedor para ELLOS. ¿Que quiénes son ellos? Los gigantes, claro. Lo que pasa es que les decimos "ELLOS" porque jamás hablaron con nosotros, ni se presentaron. Algunos les dicen los invasores, otros los gigantes, pero la mayoría les dice "ellos". 

No se por qué, imagino que la poca comunicación que tienen con nosotros hace que les tengamos una distancia mayor a cualquier otra. 

Pasó que un día estos gigantes (miden como varios de nuestros edificios juntos y son igual de pesados) llegaron a la tierra, en naves como las que tenemos nosotros, pero tan grandes y potentes como para transportarlos a ellos, al aterrizar, arrasaron ciudades completas. 

Llegaron, los gobiernos y poderes mundiales hicieron lo que pudieron para detenerlos, pero si cada uno de ellos es como varios edificios, imagínense lo que son sus armas... y sus temperamentos. 


 

Así, tal cual como alguien que llega a una tienda de mascotas, fueron eligieron territorios (medio país para una familia, otro medio país para otra...) y nos fueron ubicando, sin preguntarnos nada, sin importarles nada, pasando por encima de familias, casas, hospitales, escuelas, ni se daban cuenta, ni las consideraban, como un niño en una tarde de domingo destruyendo nidos de hormiga o pasando por encima de caracoles... quizás algún "crack" de un tanque de guerra, pero nada más, por lo demás, se miraban y hablaban entre ellos mientras desesperados intentábamos sacar de debajo de su pie, a cualquiera que hubiera sobrevivido a su pisoteada. "Ellos", como si nada, charlando en su idioma absolutamente incomprensible sin siquiera mirar hacia abajo. 


Cada vez que daban un paso, todos temblábamos. El estruendo de cada paso arrasaba con todo lo que podíamos intentar construir o formar. 

Se hicieron resistencias, aparecieron gurús, líderes, revoluciones y ejércitos enteros, pero... no se pudo ni herir a uno... luego de la represalia, se hacía un silencio a nivel mundial.

Se intentó de todo, mensajes con aeroplanos, helicópteros, regalos, comunicación con altavoces, misiles potentes como nunca se habían lanzad, pero terminaba siendo más daño para nosotros.

Como dije antes, a mí me agarraron de mascota, como a muchos otros. Se dieron cuenta que tenemos muchas habilidades técnicas, pero no les interesa la complejidad (ellos tienen algo de la suya, aunque se comporten como cavernícolas, al fin y al cabo su ciencia los trajo a la tierra), sólo les interesan las habilidades artísticas o ciertas cosas que les dan risa. Eso sí, sus carcajadas son extrañas y aturden, así que siempre usamos algodón en los oídos. 

Bailo, me subo a las escaleras que me ponen que no van a ningún lado, doy vueltas, me disfrazo, aprendemos trucos, acrobacias, hacemos simulaciones de peleas con otros humanos... todo para que nos miren como entretenimiento y duremos algún tiempo más. 

Aunque solo quedan unos pocos canales de televisión funcionando, mejor que no te vean mirándola, como no entienden bien qué es, suelen intentar agarrarla con unas pinzas que destruyen todo a tu alrededor y muchas veces al mismo televisor y a quien lo esté mirando. Usamos la televisión más que nada para coordinar movimientos entre humanos escondidos o refugiados a nivel local o mundial y otros canales para entretener, nos mantiene con algo de cordura o nos ayudan a pasar el rato.

El sistema económico prácticamente ya no funciona, cada uno hace lo que puede por obtener lo que necesita para sobrevivir, por eso me dediqué a llamarles la atención y entretenerlos, es la única cosa que ellos valoran, aunque si se aburren o se van, no tienen problema en aplastarnos, pero por ahora ya llevo varios años con esta vida. A veces llegan nuevos refugiados que saben de mi posición y se juntan para entretener. Las acrobacias se pusieron muy de moda, ya que los gigantes apenas caminan y al vernos les parece interesante.

No nos respetan, ni nos aplauden, ni se ríen como nosotros, así que no sabemos si estamos haciendo bien o mal, hasta que se marchan. Si no se marchan, te aplastan y bueno, ya no hay que preocuparse por el baile.


Somos tan pequeños para ellos que muchos usan un tipo de lente que les permite vernos bien. Si ponen el lente sobre uno, tiene que hacer todo lo que pueda por entretener tanto tiempo como pueda. El "entrenamiento" en esta época es un tema de supervivencia. 

Así que bueno, esa es nuestra vida. Si es que puede llamársela así. No tenemos muchas esperanzas, ni expectativas, lo cual nos deja en un vacío equilibrio. Esperamos que para ellos, la tierra sea como una isla de vacaciones y que un día, así como llegaron, se vayan.

Nada funciona como antes, ni lo bueno, ni lo malo... lo que considerábamos crisis mundiales se han re-definido por completo, si han surgido religiones en torno a ellos, sectas, pero nadie puede explicar absolutamente NADA sobre ellos. 

Algunos tuvieron suerte y hace años que están en ubicaciones que los gigantes ni pasan ni miran, pero de un día para el otro, si ven mucho rejunte, van y pisotean la región, así que mejor entretener que morir. 

Si sólo se comunicaran de alguna manera con nosotros... la única comunicación que tuve fue como una tirada de correa en mi cuello, sucedió cuando uno de ellos golpeó el vidrio de la "pecera gigante" en la que estoy, dándome a entender que me moviera, que lo entretuviera. Por suerte me moví y no me aplastó como hizo con otros cientos ya. Quizás pueda vivir unas semanas más.

En esa pecera muchas veces me observan llevar mi vida "normal", desde comer, ir al baño y dormir hasta cuando hago mis ejercicios. Pero en cualquier momento se les puede ocurrir golpear el vidrio blindado en el cual estoy, generando un sonido tan fuerte que aunque esté durmiendo me voy a levantar, haciendo payasadas para que me dejen vivir, un día más. 

Ninguno en esta tierra pensó que terminaría así, no se preocupan en alimentarnos, saben que comemos, pero nos les importa (más que como experimento) acercarnos ningún alimento. 

Una vez me sacaron de la pecera, querían que caminara. Pero lo hicieron con tal desconsideración que me rompieron una pierna y apenas pude caminar, llorando del dolor. Pero tal parece que mi errático paso al son de mi llanto, les pareció divertido. Me juntaron con una de sus grotescas uñas y me tiraron de nuevo adentro. Fue horrible, caer a mi cama desde 20 metros (que para ellos son milímetros) con una fractura. Pero sobreviví y me lanzaron unos 30 kilos de calabazas, como "premio"... la cual se pudrió y tuve que llevar a otro sector de mi genial mansión-pecera. 

Si sólo dieran a entender algún cariño o consideración para con nosotros. Que duro es ser mascota así. De un ser gigante que no demuestra sus emociones. 





¿Creerán que no los vamos a comprender? ¿No les importará comunicarse? ¿Creerán que no merecemos atención? ¿Que no la necesitamos? Al final, creo que termina siendo lo único que realmente necesitamos en una situación tan extrema, un poco de consideración. 

Quisiera que me adoptara uno que me demostrara afecto... 

¿¡Pero qué estoy diciendo!?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, me gustó mucho. Mi hermanito le llama a esto de vivir la misma situación de otro/s "en carne propia". Saludos.

Cristian.

Un joven Aguador dijo...

Hola Cristian, tal cual,esto seria como un breve contacto con la realidad ajena... "ponerse en los zapatos de". Auque estoy seguro que para los seres humanos todo es más dramático que para el resto del mundo animal, por eso de la importancia personal.

me alegra te haya gustado, saludos!!