martes, 28 de octubre de 2008

El Origen

La charla se daba en el patio del templo, los monjes conversaban sobre unas palabras que el mismo maestro había mencionado minutos antes.

"¿Y por qué debería dejar de luchar contra la mente, maestro?"

"Yo no dije que debieras dejar. Yo diría que mejor no des más importancia a tu lucha, que al fin y al cabo es parte de tu mente"

"¿Has visto al gato perseguirse la cola? A eso me recuerdas"

"Pero cuando quiero tomar una decisión, maestro, sólo encuentro duda, opciones, decisiones influenciadas por sentimientos y emociones"

"No, te equivocas en eso"

"¿Acaso mis pensamientos no se ven nublados por los sentimientos?"

"No. Son tus sentimientos los que se ven confundidos por tu mente, intentando encaminarlos"

"Tú no le pides por favor a una catarata que deje de caer, no la intentas desviar con una vara, porque sabes que es ridículo.
No le pides por favor al tigre para que no te ataque, ni tampoco haces negocios con él. Tú no le pides por favor a la lluvia para que deje de caer, ni tampoco intentas pararla con tus manos, pues sabes que sólo te mojarás"

"¿Qué podría hacer tu mente para con tus sentimientos?
Es como querer beber agua de una cascada con un tenedor, podrás tomar sólo una ínfima porción y el esfuerzo será más que agotador y en vano"

"¿Entonces debo dejar que mis sentimientos fluyan sin ningún control?"

"Yo diría que si el agua está cayendo de esa fuerte catarata, no hagas más que contemplarla y verás que está cayendo desde algún lado. Luego, intenta ver desde donde está cayendo, sigue la corriente hasta su origen y verás que en realidad todo comenzó muy lejos, muy calmo y luego se precipito.

Sólo así beberás agua tranquilo y sólo así tu mente servirá para algo, para encontrar el origen"


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2 comentarios:

Víctor Ariel Pagano dijo...

muy bueno, como siempre muy inspirador... Congratulations ma frend

Diego Torrent dijo...

Ay, nene, no entendí nada. Me encantó la parte del gatito que se persigue la cola, pero después no lo volvés a nombrar. Igual me pareció muy tierno y sensible.