martes, 8 de julio de 2008

Maravilla Natural

Viéndola girar, en ese espacio infinito, me pareció bella.

Latía rojiza,a veces más fuerte, a veces débilmente.

Dentro de esa coraza elástica rojiza, su dureza articulada le permitía tomar forma.

Si cerraba los ojos y me apoyaba contra ella, podía percibir en su interior un universo propio, funcionando como una maquinaria asombrosa.

Esa masa rojiza, bombeando, inhalando, inspirando, exhudando, transformando, llena de organizadores de materias orgánicas de consistencias varias, estaba recubierta de un fino material, sedoso, frágil.

Lo más asombroso era que debajo de esa fina seda, debajo de esa masa rojiza, de esa estructura articulada, se encontraba algo aún más brillante. Parecía como si su interior fuera tan importante, que todo el resto de la estructura funcionara sólo para protegerlo, para contenerlo, para ser su templo y auspiciar su religión.

Era una emanación de un color deslumbrante. Sólo comparable con la luz del Sol.

Esa emanación era caprichosa. Tal y como el universo, tenía sus agujeros negros, sus supernovas, sus zonas más brillantes, sus idas y venidas.

Esa danza comenzaba, vibrando como la cola de una cobra, se agitaba y todo el resto de la emanación la seguía como podía.
Algunas de sus partes conocían bien el baile y otras no. Algunas partes colapsaban, otras nacían, otras brillaban con más intensidad y otras caían en inevitable oscuridad.

La emanación pulsaba eléctricamente toda la estructura, dándole continuo movimiento, continua recreación, continua existencia.

Se agitaba y sus pulsaciones eléctricas recorrían la estructura, tensaban la masa rojiza, doblando la articulada estructura y estirando la seda, que a punto de partirse se adaptaba y expresaba su interior como mejor le salía.

Pronto la emanación se sintió satisfecha, esa luz brilló de una forma armónica con su entorno y la pulsación eléctrica fue controlada, suave, recorrió un poco hasta llegar a la estructura articulada que se movió suavemente, pero principalmente la piel y la masa roja se movieron, dando lugar a uno de los fenómenos más maravillosos, mostrándome un poco de su interior.

... así es como la ví sonreír...

...y al ver esa sonrisa, mi emanación brilló, lanzó supernovas, colisionó galaxias y todo mi interior tuvo que bailar su caótica danza.

Maldita sea...
Me había enamorado de su sonrisa...

--------------------------------------------------


Safe Creative #0807080810716

3 comentarios:

Víctor Ariel Pagano dijo...

Hablando de ideas, de conceptos, de pensamientos ordenados con un fin, a veces surgen esas cosas que nos transportan a lugares y momentos, que nos hacen vivenciar eso tanto tememos ,eso que tanto amamos, en fin a veces como de la nada hay un sentimiento detras de tantas palabras...

Eso de escribir te lo dejo a vos...

Lo unico que te puedo decir es que reviviste en mi ese sentimiento que aparece cuando encuentro algo, o tal ves mejor dicho, cuando algo me encuentra...

Genial, toda una obra de arte, felicitaciones!

Diego Torrent dijo...

¡Ay nene! ¡Que poeta! ¡Dichosos los labios que te besan!

"Lo más asombroso era que debajo de esa fina seda, debajo de esa masa rojiza, de esa estructura articulada, se encontraba algo aún más brillante"

Si es una adivinanza, yo ya sé: ¡Un útero!

Anónimo dijo...

la sonrisa, algo tan simple, que inspira los mas profundos sentimientos....
Belu