sábado, 3 de mayo de 2008

Guerrero del Viento

Quise describir lo que aprendí y lo que aprendo con el Kung Fu.
Cuando pensé en eso, lo único que surgió de mí, fue una risa.
Una risa incontrolable que fue casi un espasmo.
Sólo. Ahí sentado en el colectivo, viajando a casa.
Nada más: Una risa surgida de lo más profundo Claro... intenté explicar en palabras lo inexplicable. Quise poner en palabras un aprendizaje... ¡Abstracto!
Ahí comprendí que era imposible mi insensatez... Como querer parar el viento.

Pero gracias a dicho momento, me inspiré para este cuento.
Para mí fue el Kung Fu. Cada uno tiene con qué.
Sea lo que sea que lo haga, siempre nos guiará inevitablemente a la verdad.
A SU verdad.

Sólo me queda citar a Lao Tsé en el primer párrafo del "Tao Te Ching", para dar una introducción a mi cuento.

"El Tao que puede conocerse no es el Tao.
La sustancia del Mundo es solo un nombre para el Tao.
Tao es todo lo que existe y puede existir;
El Mundo es solo un mapa de lo que existe y puede existir.

Las experiencias externas sirven para sentir el Mundo,
Y las experiencias internas, para comprenderlo.
Los dos tipos de experiencia son lo mismo dentro del Tao;
Son diferentes solo entre los hombres.
Ninguna experiencia puede contener al Tao
El cual es infinitamente más grande y más sútil que el Mundo"

Mi cuento se llama: El Guerrero del Viento.
Espero lo disfruten.

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El gran guerrero Sie Min Ho, había entrenado duramente en Homan, una isla de gran prestigio en la que todo artista marcial debía dejar todo por vivir entrenando, día y noche.

Sie Min Ho, sobresalía pues jamás había dudado de sus capacidades. Jamás necesitó que se le presionara a entrenar.

Sus músculos parecían crecer de forma monstruosa cuando tensaba su brazo, aunque sólo lo hiciera para levantar una taza de arroz.

Su mirada, cortaba el aire, pues no había nadie que pudiera sostenerla, desafiarla.

Si su maestro le pedía mil saltos a la montaña, Sie Min Ho, las hacía sin problema. Con técnica perfecta, sin quejas ni reclamos, impecablemente. Inclusive entrenaba un poco de más, para siempre estar allí, donde su maestro le pidiese, por lo que si le pedían subir saltando la montaña, se cargaba con algunas rocas, para aumentar el peso.

El maestro de Sie Min Ho, acompañaba a su alumno a todas partes, silencioso y de mirada distante, era un hombre de pocas palabras, justo, pero que no era de entrenar seguido, lo cual a Sie Min Ho no le agradaba demasiado.

Su ímpetu por ser el mejor, le hizo inclusive cuestionar el aparente poco esfuerzo de su maestro, su cuerpo avejentándose, siendo azotado por los años, era algo que a Sie Min HO no le agradaba.

Sin embargo, él cumplió con todos los retos dictados pro su maestro, hasta llegar al que el maestro llamaba "el paso previo al conocimiento del Tao"

Sie Min Ho pensaba que era un nombre exagerado, para los actos de alguien que simplemente era un guerrero, pero su maestro le dijo: "Haz el anteúltimo paso y luego fíjate si puedes con el último, no lo prejuzgues"

Como anteúltima prueba para su entrenamiento, el maestro del tan grandioso guerrero, lo enfrentó con Tuen Da Lo, el Dios del volcán de Se Lu.

La región era gris y el único color era el rojo de la lava de los volcanes, vomitada poco a poco, formando ríos de hirviente sangre.

En cuanto los vió llegar, el Dios ´Se Lu´ señor de las profundidades de la tierra, de la llama interior, tomó forma humana y se puso en posición de guardia ante Sie Min Ho.

El maestro del guerrero se alejó lo suficiente para que pudieran pelear y sólo observó. Una leve sonrisa mostraba la seguridad del maestro sobre su alumno.

El Dios ´Se Lu´ pensaba: ¿Cómo un simple humano puede estar ahí parado, puesto en su guardia, tan seguro de pelear contra un Dios?

Sie Min Ho sólo miraba desafiante al Dios que en su forma humana, igual aún representaba a los volcanes, con su armadura negruzca y rojiza, flameando llamas infernales.

En cuanto el combate comenzó, se notó la gran diferencia de habilidades combativas, el "simple humano" asestaba un golpe tras otro a la deidad, que poco a poco, ante la duda de su potencial, se reducía a Semi-Dios, luego a gran hombre, luego a un simple humano...

En el último giro, Sie Min Ho logra golpear con el talón de su pie el rostro del oponente, en un giro completo, que hace caer a Se Lu al piso, rodando unos tres o cuatro metros.

El anteriormente Dios de los volcanes, sorprendido, temeroso, pidió piedad a su atacante, el cual sonriendo respetuosamente dijo: "Se Lu, has sido un gran oponente, jamás quitaría la vida a nadie. El arte que se me entrenó es para defender la vida sobre la tierra, no para quitarla"

Se Lu agradecido, se retiró nuevamente, a intentar recuperar su poder de las profundidades del volcán.

El maestro del vencedor le dijo: "Bien, ya eres el guerrero más poderoso de la tierra y de los cielos, ahora sólo te falta ser el guerrero más grande del TAO"

"¿A qué se refiere maestro? Ya he vencido en el cielo y en la tierra, ¿¡Dónde más podría haber un oponente para mi!?"

Con su dedo índice, el maestro enfocó directamente a la cabeza del guerrero y le dijo:

"Allí"

Con respeto pero al borde de la arrogancia, el poderoso guerrero respondió:

"Mi mente jamás me fue una barrera para llegar a ser el mejor, refinar tanto mi cuerpo ha refinado también mi mente, ¿De qué desafío habla, noble maestro? Mi mente jamàs ha detenido ni UNO solo de mis pasos!"

El maestro lo miraba aunque sus ojos no lo enfocaban directamente. Asintiendo casi de forma complaciente, el anciano dijo:

"Haber entrenado tu cuerpo y tu mente no implica haberlos vaciado, pero bien, querido aprendiz, si eres entonces realmente un guerrero del TAO, la última prueba te será muy sencilla. Sólo tienes que lograr ser vencido por el viento"

Sie Min Ho frunció el seño con cara de asombro y extrañez, diciendo: "¿Qué significa eso, maestro?"

"¡Claro!" -dijo el maestro- "Muy Sencillo" "Tienes que lograr, estando parado, que el VIENTO te derribe"

Sie Min Ho se lanzó al suelo, aflojó su cuerpo para no tener peso, intentó de todas las formas posibles que el viento se lo llevara, pero obviamente, ¡Era imposible! ¡Mucho peso para que el viento lo arrastrara!

El anciano maestro lo miró en su frustrado esfuerzo y le dijo a su aprendiz evitando que este siguiera perdiendo su tiempo:

"¿Cómo podrías conocer el TAO si tu propia firmeza no te permite fluir con el viento?" "¿Cómo podrías conocer los mensajes más elevados de este universo, si no puedes siquiera percibir la brisa en tu cuerpo?"

"Tu propio esfuerzo ahora te impone tus límites"

El alumno se puso rojo, entre ofendido y desilusionado de si mismo y sólo atinó a preguntar: "Entonces, ¿Donde está el TAO, maestro? ¿DONDE?"

El maestro sonrió alegre y le dijo: "En aceptar tu propia voluntad y continuar tu verdadero camino..."

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Para cerrar el cuento, vuelvo a citar a Lao Tsé.

"Lo blando vence a lo duro;
Lo que carece de forma penetra lo impenetrable;
Hay valor en no actuar.

Enseñando sin palabras,
Trabajando sin acción,
Es algo que pocos pueden comprender"

Gracias a todos por leer.


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6 comentarios:

Rodrigo dijo...

Muy bueno el cuento y el mensaje...Me hiciste viajar por un rato a oriente!!

Diego Torrent dijo...

Muy lindo. No debe ser tan fácil aprender estas cosas, porque si no los chinos no seguirían enseñándolas.

Anónimo dijo...

Gracias por compartir algo tan personal y tan, pero tan importante. Tu cuento me gustó muchísimo. Y me llegó muchísimo.

Ojalá algún día logre aprender aunque sea un poquito... :)


Besos y felicitaciones, Emi!


María :)

Víctor Ariel Pagano dijo...

Al fien lo leo, quedo muy bueno...
Me hizo acordar a algo qeu me dijeron una vez, "tenes que ser como rama de bamboo"

Red Osa dijo...

Muy bueno el cuento!! Apesar de que hace tiempo que lo escribiste sigue teniendo vigencia!!!Yo no lo vi,¡¿ está en tu blog "El amanecer del tao"?

Un joven Aguador dijo...

No, el de cuentos y el de las clases no los he unido aún...

Es una excelente idea Red Osa... excelente idea.